Prof. Daniela García y Adriana Menegaz del ICS y A – UNAJ
El Grupo Interdisciplinario de Investigación en Ambiente y Sustentabilidad de la Universidad Nacional Arturo Jauretche desde 2011 trabaja para poner en diálogo la visión de los actores en torno a distintas problemáticas socio-ambientales locales. En este artículo, Daniela García reúne y describe algunas de las experiencias que allí surgieron.
En el Grupo Interdisciplinario de Investigación en Ambiente y Sustentabilidad de la Universidad Nacional Arturo Jauretche– (GIIAS-UNAJ) participamos investigadores, docentes y estudiantes de los Institutos de Ciencias Sociales y Administración, Ciencias Agrarias y Ciencias de la Salud. Procedentes de diversos espacios y recorridos profesionales nos fuimos encontrando desde el 2011 convocados por el desafío de la producción de conocimiento situado en una Universidad que, signada por su compromiso territorial, estaba naciendo.
Desde un enfoque de salud colectiva y comprometidos con una perspectiva de investigación-acción participativa como proceso transformador, diseñamos líneas de trabajo que, reuniendo la investigación, la extensión y la docencia buscan poner en diálogo la visión de los propios actores territoriales y diversas miradas disciplinares en torno a problemáticas socio-ambientales locales.
En este recorrido construimos conocimiento colaborativamente articulando el saber popular y el saber académico que, reflejado en mapas de riesgos socioambientales nos permitieron visibilizar situaciones de vulneración de derechos, identificar núcleos de transformación para el diseño de políticas públicas y construir alternativas para el desarrollo local.
En la implementación de los diversos proyectos han participado instituciones locales, provinciales y nacionales entre las que pueden mencionarse el INTA- AER La Plata-, la Municipalidad de FlorencioVarela, el CEDEPO, la Asociación de Productores de la 1610, productores del Movimiento de Trabajadores Excluidos Rural (MTE-CTEP) de Florencio Varela, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, UNICEF, Centros de investigación y educación educativa de la Dirección General de Cultura y Educación (CIIE Region 1 y 5) y la Comisión Provincial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (CoPrETI) de la Provincia de Buenos Aires, entre otras.
Determinantes sociales de la salud en La Capilla: el conocimiento situado.
Específicamente en Florencio Varela desarrollamos actividades en la localidad de La Capilla vinculadas a la problemática del uso y exposición a los agrotóxicos en contexto de horticultura familiar. Estos estudios permitieron por primera vez mapear junto a la comunidad los agrotóxicos que se emplean en la zona, identificando su grado de toxicidad y la complejidad que adquiere su uso en los contextos de vida local.
Si bien el GIIAS viene participando en la implementación de procesos de transición agroecológica, aún es numeroso el porcentaje de productores que sigue empleando químicos de síntesis. En investigaciones previas hemos mapeado la circulación de 98 productos comerciales y analizamos 60 principios activos, causantes o posibles causantes de impactos crónicos y agudos sobre la salud resultando que 28 de ellos son causantes o posibles causantes de cáncer; 32 son disruptores endocrinos; 41 tienen efectos sobre el sistema reproductivo y el desarrollo; 14 son inhibidores y posibles inhibidores de la acetilcolinesterasa; y 30 son considerados como neurotóxicos y posibles neurotóxicos por citar solo algunos. Esto alerta sobre el riesgo al que están expuestos los productores, máximo considerando que muchos de ellos emplean como criterio de referencia para el cuidado de su salud el sistema de bandas de color toxicológicas difundido por la OMS y SENASA que señala el grado de peligrosidad de cada producto.
En este sentido, en el trabajo de campo que venimos realizando desde 2012 encontramos que son diversas las interpretaciones que circulan entre las y los productores sobre el significado de cada color de banda. Los colores son confundidos tanto en el grado de peligrosidad como en los efectos en la salud a los que remiten, incrementando el riesgo.
Estos resultados evidenciaron la urgencia de realizar acciones en territorio orientadas a la promoción de la salud familiar -al ser la unidad productiva un continuo con la unidad doméstica- visibilizando y revisando los supuestos que circulan en torno al significado de las distintas bandas de toxicidad, a fin de revisar concepciones y construir conocimiento que les permita tomar decisiones informadas y prevenir el posible impacto agudo y crónico por uso de agrotóxicos.
La praxis y la sintaxis del territorio
La metodología que adoptamos involucra espacios de trabajo en los cuales empleamos técnicas participativas provenientes del campo de la educación popular “como una herramienta de transformación social y revolución, de aporte a la creación en la praxis de sujetos históricos con conciencia de sus intereses y de sus estrategias de lucha por hacerlos realidad. (…) donde se encuentran teoría y práctica, donde se ejercitan las nuevas ideas, donde se practica lo colectivo”. (Korol, 2004: p. 11).
Reconocer la diversidad de actores, prácticas y saberes que coexisten en la comunidad, implicó estructurar el estudio en ciclos sucesivos de indagación/acción a fin de facilitar la explicitación de saberes y representaciones. En este sentido “se entiende la metodología desde una sintaxis del territorio, el territorio como escritura para leer e interpretar realidades. De donde salen discursos inéditos, construidos participativamente por grupos sociales en procesos de construcción de propuestas alternativas”. (Barragán León, 2018: 150)
La realización de talleres de mapeos colectivos como estrategia participativa requirió una continua articulación entre momentos de problematización/comprensión de la teoría y de producción/acción o praxis. Esta dialéctica permitió poner en juego saberes e ideas a fin de poder convertirlas colectivamente en objeto de análisis a partir de su visibilización, problematización y desnaturalización para actuar sobre ellas
Los talleres estuvieron diseñados en torno a tres momentos de reflexión, bajo el tópico general ¿QUÉ EXPRESAN Y QUE OCULTAN LAS BANDAS DE COLOR TOXICOLOGICAS?. Un primer momento denominado “Relatos desde nuestros cuerpos” se destinó a identificar impactos en la salud y situaciones de riesgo transitadas por las y los productores en situaciones de uso y exposición a agrotóxicos. Para ello, se pusieron en común experiencias de afecciones en la salud que consideraban que habían sido consecuencia del uso o exposición a los agrotóxicos. Un segundo momento buscó caracterizar las interpretaciones de los participantes sobre el significado de las bandas toxicológicas y su peligrosidad en relación a los efectos crónicos y agudos sobre la salud.
Finalmente, el tercer momento se orientó a conocer qué aspectos quedan invisibilizados en este sistema de bandas (como por ejemplo la distorsión de la información; el encubrimiento de los impactos sobre la salud a largo plazo causado por agrotóxicos, etc.) Conjugar esta información con los emergentes de los momentos previos permitió poner en diálogo las propias vivencias de los productores a fin de transformar prácticas de cuidado, cobrar dimensión los riesgos a los que se exponen y frente a ello buscar alternativas que permitan reemplazar el uso de químicos de síntesis.
Resignificar y transformar
Desde una perspectiva de extensión crítica asumimos que este proceso de producción de conocimiento, que incluye las voces de los propios actores y se sitúa en las comunidades de pertenencia, permitió reinterpretar lo que en la práctica sucede, resignificándola con miras a su transformación.
Así, se habilitaron nuevas narrativas para poner en discusión el modelo de producción convencional e iniciar/profundizar un camino de transición hacia formas saludables de producción cuyo horizonte es la agroecología.
La multidimensionalidad de la problemática y la resolución metodológica adoptada facilitó que todos nos transformáramos en el proceso:
- Las y los productores participantes interpelaron las formas de uso de los agrotóxicos; adquirieron conocimientos que les permiten identificar el grado de toxicidad de los productos; pudieron discutir y comprenden las limitaciones de la clasificación de la OMS ; conocer las enfermedades a largo plazo que provocan los principios activos como disrupciones endócrinas, cancerogenicidad, neurotoxicidad entre otras y, particularmente reconocer que están expuestos a múltiples efectos sobre la salud a largo plazo que requieren dejar de usar agrotóxicos.
- Se consolidaron los vínculos entre las organizaciones participantes y se potenciaron las lecturas territoriales interinstitucionales favoreciendo la multiplicación de alternativas.
- En torno a los estudiantes que participación en la elaboración e implementación de los talleres, estos vivenciaron la potencia de construir conocimiento y transformar la realidad en el marco del diálogo de saberes.
- En cuanto a ámbito universitario, el trabajo de visibilización de los impactos socioambientales que los agrotóxicos utilizados en la horticultura convencional causan, se ha instalado como un nuevo tema de debate en la agenda académica.
- Finalmente, la coconstrucción de conocimiento, despliega oportunidades para la elaboración de alternativas colaborativas, en pos de pensar no solo la prevención y el cuidado de la salud en términos individuales sino como aporte a la gestión de políticas sociales en ese campo.