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“Contale A Tu Vecino”, Una Estrategia Para Reducir El Riesgo De Desastres De Nuestras Comunidades 

Por Mg. Claudia Congett y Mg. Gabriel Sosa Hidalgo. Docentes de la Tecnicatura en Emergencias Sanitarias y Desastres. Universidad Nacional Arturo Jauretche.

“Contale a tu vecino” es una experiencia de vinculación territorial llevada a cabo desde la Tecnicatura en Emergencias Sanitarias y Desastres del ICS, que busca empoderar a las comunidades en la gestión de riesgos de desastres, con la participación de estudiantes y docentes de la carrera.

Las inundaciones pasadas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), sumadas a las de Corrientes nos hicieron recordar un proyecto que llevamos desde hace tiempo, que se llama “CONTALE A TU VECINO”, un proyecto de vinculación realizado junto a la Secretaría de Política y Territorio de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ).

Nuestro país sufre las consecuencias de eventos originados por fenómenos naturales de manera recurrente, aunque pueda no parecerlo a primera vista. Estos eventos perjudiciales para el ser humano y la sociedad acontecen cuando los riesgos no se gestionan. Gestionar un riesgo no es solamente estar preparado para responder adecuadamente cuando se producen inundaciones, tornados, incendios, sino que consiste también en contemplar acciones que busquen disminuir la vulnerabilidad de la vida y el hábitat.

El cambio climático, el crecimiento económico, sumado a la acción indebida del hombre sobre los cuidados de la naturaleza, han causado en  los últimos años un aumento significativo de las emergencias y desastres a nivel local y regional. 

Sin dudas, la problemática comunitaria del Conurbano bonaerense no escapa a sus similares de Latinoamérica. Realidades socio económicas que fueron desplazando de los centros urbanos a los que menos tienen colocándolos en zonas vulnerables a la vera de ríos o arroyos o cercanos a basurales.

Según el Plan Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres (PNRRD) 2018-2023 la región Centro (Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa), los escenarios más frecuentes de alto y muy alto riesgo son inundaciones regionales, inundaciones urbanas, inundaciones de llanuras, tormentas severas, incidentes con materiales peligrosos e incendios forestales. Pero además hay que atender problemas de acceso a la salud, el incendio de casillas por problemas generalmente eléctricos, las intoxicaciones por monóxido de carbono en época invernal, la seguridad vial y también estar preparados ante las frecuentes tormentas severas que azotan la región.

Nuestro país creó en 2016, El Sistema Nacional de Gestión Integral de Riesgos (SINAGIR) tras la sanción de la Ley 27287, donde integra todas las áreas del estado con comisiones donde profesionales trabajan en propuestas de Reducción de Riesgos y Desastres. La Provincia de Buenos Aires por su parte, posee una Subsecretaría de Emergencias con la Dirección de Defensa Civil, muy activa desde propuestas de formación para las defensas civiles locales como para la respuesta integral. Pero estos esfuerzos no son suficientes si las gestiones locales no se comprometen con el trabajo continuo con la comunidad.

El SINAGIR, responsable de confeccionar el Plan Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres (PNRRD) 2024-2030 orienta las políticas públicas en materia de gestión integral del riesgo, y tiene como desafío forjar una cultura de la prevención de riesgos de desastres que permita llevar a cabo las medidas necesarias para lograr reducir y mitigar los riesgos. 

 Pero no hay soluciones mágicas, y no siempre nos animamos a hablar de los problemas de fondo, la lluvia no causa desastres, ni tampoco son eventos producto de la fatalidad, y el cambio climático no es la causa de todos nuestros males. Según Omar Dario Cardona, los desastres son problemas del desarrollo no resuelto. Problemas que no siempre reconocemos y que en muchos casos lo resolvemos hablando de vulnerabilidad en general, como si mágicamente una familia estuviera predestinada a ella, o quizás nos da miedo hablar de temas sensibles como la falta de empleo, el hambre, la pobreza, la falta de acceso a agua potable y la ausencia de cloacas, y lo complejo para cualquier familia de tener un terreno en un lugar sin riesgos para hacerse una casa donde los negocios inmobiliarios manejan sin control donde cada uno puede vivir.  

Cuando un evento, como una tormenta severa azota la ciudad, el riesgo que sufren los vecinos es altísimo, crece la incertidumbre y los servicios de emergencias no dan abasto, y las probabilidades que grandes profesionales con soluciones mágicas logren reducir el riesgo en los barrios es casi nula.

A partir de estas problemáticas nace “Contale a tu vecino” que busca por sobre todas las cosas, involucrar a los vecinos en un proyecto de gestión de riesgos de desastres. 

“La Gestión Integral de Riesgos de Desastres (GIRD) es una herramienta de política pública que conduce al planeamiento y aplicación de políticas, estrategias, instrumentos y medidas orientadas a impedir, reducir, prever y controlar los efectos adversos de fenómenos peligrosos sobre la población, los bienes y servicios y el ambiente. Según Orlando Chuquisengo y Luis Gamarra, la gestión de riesgo es el proceso planificado, concertado, participativo e integral de reducción de las condiciones de riesgo de desastres de una comunidad, de una región o de un país, íntimamente ligado a la búsqueda de su desarrollo sostenible”.

Trayendo algunos modelos exitosos de Cuba, donde las tormentas tropicales y huracanes son frecuentes y existe un gran trabajo de la protección civil y la importancia de los saberes populares de los vecinos, en la UNAJ, Contale a tu vecino es una apuesta a reducir los riesgos junto a quienes conocen y viven rodeados de él.

Todo comienza con reuniones para detectar las amenazas (frecuencia, probabilidad, historia de eventos producidos en el barrio), y el grado de exposición a ellas (Ubicación de las casas, tipo de construcción, organización comunitaria, accesos, basurales, personas con discapacidad, etc.) De ahí logramos armar un mapa de riesgos comunitario y generar propuestas de prevención o mitigación. 

En esta primera etapa, se logra reconocer las problemáticas, la segunda etapa consta de conocer cómo impactan estos eventos, los daños que producen y cómo actuar ante ellos.

En esas charlas se enseña a protegerse de tormentas de viento, lluvias, inundaciones, tormentas eléctricas, además de aprender de primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar.

No sería sencillo, llegar a todos los habitantes con una charla de cómo actuar ante eventos severos, esta es la clave de “Contale a tu vecino”. Se trata de llevar el conocimiento de cómo actuar ante tormentas severas, inundaciones, tornados, incidentes en el hogar o la vía pública, y que estos vecinos lo transmitan a otros, y de esa forma lograr protegerse y saber cómo actuar hasta la llegada de los servicios de emergencia (defensa civil, ambulancia o bomberos).

Aunque no es tan sencillo el abordaje de estos ejes, si no comprendemos que existe una construcción social del riesgo y que no existe reducción de riesgos posibles si no involucramos a la comunidad, dejando de tener miradas sectoriales cuando se habla de desastres. Ninguna agencia del estado, ni profesional solitario lograra reducir los riesgos si no es con un trabajo interdisciplinario juntamente con la participación comunitaria.

 

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Bibliografía:

  • Presidencia de la Nación, Plan Nacional de Reducción de Riesgos de Desastres 2018-2023
  • Presidencia de la Nación, Plan Nacional de Reducción de Riesgos de Desastres 2024 – 2030
  • CHUQUISENGO, O. y GAMARRA, L (2005) “Propuesta metodológica para la gestión local de riesgo de desastre: una experiencia práctica” ITDG, Lima, 2002

 

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