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Sobre La Construcción Del Inédito Viable

Por Néstor Horacio Cecchi.  Centro de Estudios Sindicales y Sociales. Observatorio Jorge Castro de la Agremiación Docente Universitaria Marplatense (Adum). Otoño 2024. 

Néstor Horario Cecchi reflexiona acerca de la importancia de llevar adelante las experiencias en el territorio bajo las premisas de Universidad comprometida, involucramiento transformador y vinculación con la comunidad. 

La misión social exige que los profesionales sean los que el País requiere.  

Una universidad puede formar profesionales excelentes desde el punto de vista técnico, 

pero socialmente inútiles;

 profesionales que carezcan por completo de conciencia

 de sus obligaciones con la sociedad donde habitan”.

Risieri Frondizi. “La Universidad en un mundo de tensiones

 Acompañar la presentación de un texto que nos invite a repensar los sentidos de nuestras universidades públicas a través de experiencias en territorio, implica siempre un desafío interesante, complejo, pero a la vez un delicioso compromiso. No obstante, creo que la trascendencia es aún mayor en tiempos como los actuales -de este otoño 2024- en los que la mayoría de los argentinos y las argentinas transitamos momentos difíciles, preocupantes, caracterizados por una profunda incertidumbre que incluye un manto sombrío en los derechos básicos de nuestras vidas. Es por eso que repensar “lo público” además de imprescindible, resulta impostergable. Implica un esfuerzo activo por construir esperanza; en este caso, resignificando la importancia del quehacer en territorio de nuestras universidades. 

En tal sentido debo decir que las universidades públicas en nuestro país han incorporado desde algunos años la tarea imprescindible de repensar sus sentidos, su deber ser, a la luz de una conciencia cada vez más clara de formar parte de un escenario social signado por situaciones de profundas desigualdades sociales. La conciencia de estas iniquidades seguramente ha contribuido en el desarrollo de un conjunto de acciones concretas que se han extendido con singularidades en todo el territorio nacional y que, a la vez, consolidan la voluntad de nuestras universidades para pensarse como instituciones socialmente comprometidas. 

Decíamos que no han sido pocas las voces de la comunidad universitaria que se han manifestado en este sentido. Solo por citar algunas: En las Primeras Jornadas organizadas por la Agremiación Docente Universitaria Marplatense (Adum), “Compromiso social Universitario y Políticas Públicas. Debates y Propuestas”, en agosto de 2011, decíamos: “El Compromiso Social Universitario que crece en las Universidades Argentinas y de la Región, constituye un modo de fortalecer la universidad en relación estrecha con las problemáticas del entorno, es decir, partimos de construir una voluntad política de involucramiento transformador con la comunidad”. 

Referíamos que las voces que invitan a resignificar los sentidos de nuestras universidades resuenan cada vez con más fuerza.  Los asistentes a la III Conferencia Regional de Educación Superior para América Latina y el Caribe en Córdoba, Argentina reunidos en conmemoración del centenario de la Reforma Universitaria (2018) ratificaban a la “Educación Superior como un bien público social, un derecho humano y universal, y su sostenimiento, un deber de los Estados. Nosotros reafirmamos enfáticamente que además y esencialmente, la educación no es solo un derecho humano individual sino un derecho colectivo, es decir, “un derecho de los pueblos”. Esta idea parte de la convicción profunda de que el acceso, el uso y la democratización del conocimiento es un bien social, colectivo y estratégico, esencial para poder garantizar los derechos humanos básicos, en especial de los sectores subalternizados. 

Estamos de acuerdo que hoy más que nunca resulta impostergable que nuestras instituciones se involucren activamente con la transformación social, cultural, política, artística, económica y tecnológica. Pero también – tal como refería al comienzo Risieri Frondizi- resulta indispensable detenernos a repensar la formación integral, ética y política de nuestros graduados en tanto ciudadanos y profesionales respetuosos de la diversidad cultural y comprometidos con la comunidad.

Las experiencias que se presentan a continuación dan cuenta de las decisiones institucionales para construir una universidad socialmente comprometida. En tal sentido, la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), construye con acciones concretas un ejemplo palpable de vinculación con el territorio, en tanto sostiene una voluntad de involucramiento transformador, en particular en las localidades de Quilmes, Florencio Varela, Berazategui y Almirante Brown. 

Desde el Centro de Estudios Sindicales y Sociales y el Observatorio Jorge Castro de la Agremiación Docente Universitaria Marplatense (Adum) expresamos en muchas oportunidades que: “hoy – más que nunca- resulta inadmisible pensar la calidad de las Instituciones de Educación Superior desligadas de las necesidades de los contextos sociales de los que forman parte”. Las experiencias que se relatan a continuación están enmarcadas en un posicionamiento critico que, siguiendo las teorías del aprendizaje experiencial o cognición situada, rescatan el valor irreemplazable del “enseñar y aprender en contextos reales”; seguramente los estudiantes que se comprometen con experiencias valiosas en su entorno incorporan significatividad a su formación pero además, dichas prácticas están contribuyendo decididamente en la formación integral, ética, pero también política de sus graduados. Este último aspecto frecuentemente descuidado en muchas de nuestras universidades públicas constituye en estos tiempos en un “imperativo impostergable”. 

El rol estratégico de la educación superior nos obliga a reflexionar sobre qué tipo de sociedad queremos, y qué educación requieren los ciudadanos para contribuir a transformar solidariamente nuestras sociedades y avanzar en el desarrollo sostenible de nuestros pueblos. El desafío entonces radica en construir los mecanismos sostenidos que posibiliten consolidar dicho involucramiento transformador en todo sentido: Estos procesos de territorialización sostenidos por la Universidad Nacional Arturo Jauretche, sin lugar a dudas, constituyen caminos virtuosos.

En un texto también publicado por Adum, nuestra agremiación docente, titulado “Compromiso Social Universitario de América Latina y el Caribe. Diálogos sobre los sentidos de la Reforma Universitaria” (2020) decíamos que compromiso social universitario implica centralmente una voluntad de involucramiento institucional de todas sus actividades con el entorno. Expresábamos puntualmente “Esto implica romper el modelo de autorreproducción y salir a buscar a la comunidad, salir al encuentro, reconsiderando las modalidades de interacción que comprometen, especialmente, a los sectores populares”. 

Por todo eso es que valoramos especialmente las experiencias de la UNAJ que se describen a continuación, en particular porque todas ellas están estrechamente vinculadas al desarrollo curricular. Curricularizar la extensión o – dicho de otro modo- extensionalizar la currícula, implica también un modo que construir compromisos estables con actores y organizaciones sociales.  

No obstante, está claro que no todas las prácticas resultan necesariamente transformadoras. Debemos abandonar las experiencias iluministas, asistencialistas que perpetúan asimetrías y consolidar aquellas planteadas desde perspectivas críticas, problematizadoras, dialógicas con el entorno que contribuyen decididamente en la formación integral de los graduados y en la transformación de la comunidad de la que la UNAJ, forma parte. 

Disfrutemos de estas experiencias. Agradezco y celebro formar parte. 

 

 

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