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Aspectos Socioecológicos De La Sustentabilidad Urbana: El Arroyo Las Conchitas Y La Comunidad

Por Dra. Laura Álvarez Huwiler y Dr. Alejandro Diego Crojethovich

En este trabajo se introduce la discusión de la ecología urbana como marco para el estudio y análisis de la sostenibilidad en las ciudades y áreas urbanizadas, las agendas ambientales y el concepto de ambiente urbano. Se presenta un modelo del arroyo las Conchitas como sistema socio-ecológico complejo. Después se busca analizar los efectos de la contaminación del Arroyo Las Conchitas, situada en los partidos de Berazategui y Florencio Varela. Se enfoca, especialmente, en los efectos que la contaminación genera en la vida cotidiana de la comunidad aledaña y en los cambios que se produjeron en los usos del arroyo por parte de esta comunidad. 

Este trabajo es una adaptación de los capítulos: 

Aspectos ecológicos de la sustentabilidad urbana en la Región Metropolitana de Buenos Aires, Argentina. Dr. Alejandro Diego Crojethovich

El Arroyo Las Conchitas y la comunidad. Efectos de la contaminación del arroyo en la vida cotidiana. Dra. Laura Alvarez Huwiler

Del libro: AMBIENTE Y TERRITORIO. UNA APROXIMACIÓN A LAS PROBLEMÁTICAS Y SOLUCIONES EN EL CONURBANO SUR DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES. Alejandro Diego Crojethovich (Coordinador)

 

Ecología Urbana 

Existe un amplio rango de opciones epistemológicas y disciplinares que bajo el paraguas de la ecología urbana intentan incorporar al medio urbano conceptos ecológicos, institucionales, normativos, urbanísticos o incluso negar su necesidad, como por ejemplo Niemelä (1999) para quien no es necesario una teoría de la ecología urbana siendo que los ecosistemas “naturales” en una ciudad se rigen por las mismas leyes que los rurales. Sin embargo, algunos trabajos en ecología urbana aplicada demuestran enfoques multidisciplinarios y la aplicación de los fundamentos teóricos de esta ciencia (Young 2009; Qureshi et al. 2010) y, también, Musacchio y Wu (2004) al evaluar el estado del arte de la ecología urbana hacen hincapié en la necesidad de un enfoque interdisciplinario, mientras que Dow (2000) habla de la intersección entre los procesos sociales y biofísicos. 

De acuerdo con Crojethovich Martín y Herrero (2012) la ecología urbana no tendría una única naturaleza disciplinar, sino transdisciplinar, que busca explicar cómo repercuten en el medio ambiente urbano las interrelaciones entre las condiciones de habitabilidad para las poblaciones, los intereses de los sectores productivos (como el industrial y el agropecuario), la gobernabilidad así como la sostenibilidad ecológica para el medio físico-natural; todo esto con un componente basado en la ecología tradicional y en el estudio de sistemas complejos. De este modo, entonces, la ecología urbana se nutre de distintas disciplinas (Fig. 1).  

  Figura 1. La ecología urbana como integración de disciplinas

El ambiente urbano

El ambiente urbano es el referido a una forma particular de ocupación del espacio por una población; es decir, la aglomeración resultante de una fuerte concentración y de una densidad relativamente elevada, que tendría como correlato previsible una diferenciación funcional y social cada vez mayor. Incluye (Fig. 2) al ambiente natural generalmente antropizado de la ciudad, esto es, los elementos físicos de la naturaleza (relieve, clima, agua, aire, suelo, etc.) , al ambiente construido, formado por las estructuras del espacio que son resultantes de la dinámica social sobre el territorio urbano (casas, comercios, rutas, vías férreas, aeropuertos, etc.), y por último, a la sociedad que habita en ese conglomerado (con sus características distintivas como: nivel de ingreso, acceso a educación, acceso a los servicios de salud, impacto de la contaminación sobre la salud, etcétera).

El ambiente urbano surge, justamente, de diversos procesos de interacción entre tales instancias: la natural (antropizada o no), la construida y la social. Y en estos procesos de interacción intervienen actores cuyos orígenes son tanto internos como externos a dicho ambiente, y pueden ser de tipo natural, histórico económico, político, social y cultural en general. Hay que destacar que la importancia relativa de los elementos, así como la valoración y/o percepción del ambiente, pueden variar según diferentes situaciones; por ejemplo, en las zonas rurales los factores ambientales físicos suelen tener una mayor incidencia que en las áreas urbanas, donde los factores de tipo construido y social, son relativamente más determinantes.

Figura 2. Dimensiones del ambiente urbano. Debe destacarse la esencial importancia de las interrelaciones que se dan entre estas dimensiones.

¿Cómo estudiar a las cuencas urbanas?

Una manera de enfocar el estudio de una cuenca es considerarla como un sistema complejo, dado que en ella confluyen múltiples elementos -que intervienen en distintos procesos- y sus interrelaciones constituyen la estructura de un sistema que funciona como si fuera una totalidad organizada (Crojethovich Martín y Herrero 2012). Pero esta totalidad, sin embargo, no implica un sistema fijo y cerrado. Los conflictos socio-políticos y los cambios que se generan en el ambiente urbano hacen que el sistema fluctúe constantemente.

 

En este caso, el sistema complejo es la cuenca o un problema urbano que constituye lo que García (1986) llama “sistema global”; es decir, un conjunto de elementos que intervienen en procesos (sociales, económicos, ecológicos, políticos, legales, culturales, etc.), con sus partes y factores constitutivos, sus interrelaciones con los demás sistemas. Esta no es una definición precisa, más bien una primera aproximación que necesitará de sucesivas elaboraciones[1].

 

No es solo la heterogeneidad de los elementos o subsistemas que lo integran lo que determina la “complejidad” de un sistema. En realidad, la característica que determina que un sistema sea complejo es la “interdefinibilidad y mutua dependencia de las funciones que cumplen dichos elementos dentro del sistema total” (García 1994, p. 86). Ello excluye la posibilidad de obtener el análisis de un sistema complejo por la adición de estudios sectoriales que corresponderían a cada elemento de su estructura.

[1] El concepto de sistema utilizado en este capítulo es el de García (1986). Y no coincide con lo considerado como sistema en el “análisis de sistemas”, propio de la ingeniería y econometría, fundamentalmente.

Investigar un sistema significa estudiar un trozo de la realidad, que de acuerdo con los componentes y características de lo que se desea investigar, puede incluir aspectos físicos, biológicos, sociales, económicos, políticos, institucionales, culturales. Es obvio que existen múltiples formas de abordar estos sistemas, dependiendo de los objetivos que se persiguen en cada programa concreto de investigación. No es obvio, sin embargo, cómo debe definirse el sistema, una vez fijados los objetivos de la investigación:

 

  1. El punto de partida está dado por el campo epistémico o conceptual que establece el tipo de pregunta o conjunto coherente de preguntas que especifican la orientación general de la investigación. En general, es posible formular una pregunta básica (pregunta conductora) con un conjunto de subpreguntas.
  2. Dada la pregunta conductora, la selección de los componentes del sistema (los elementos, los límites y sus interrelaciones, tanto de las internas como de las que aparecen como “externas”) es guiada por la relevancia que estos tengan respecto a ella.
  3. Como rara vez esto es claro desde el comienzo, es necesario hacer más de un intento, es decir la definición del sistema se va transformando en el curso de la investigación, así como el propio sistema se va modificando en la realidad concreta.

Los Límites:

Los sistemas complejos que se presentan en la realidad carecen de límites precisos en su extensión física y en su problemática. Son sistemas abiertos y realizan intercambio con el medio externo. García (1986) llama las condiciones de contorno a ese medio externo al sistema[1].

 

No se trata solo de fronteras físicas, sino del tipo de problemática que se va a estudiar y del aparato conceptual que se maneja; es decir, qué se deja fuera del sistema y qué está totalmente incluido en el sistema, qué escalas espaciales y temporales se van a usar, etcétera.

 

Se puede comenzar por las fronteras geográficas (un país, una región, una selva, una ciudad, un municipio, un barrio), para luego considerar otros límites menos obvios (formas de producción, de organización económica o de culturas que coexisten en una región), algunas de las cuales no son esenciales, o lo son de menor prioridad de acuerdo a los objetivos o a las preguntas elaboradas y pueden entonces dejarse “afuera”. Dejar afuera no significa necesariamente dejarlo fuera de consideración, dado que si interactúa de alguna manera se tomará en cuenta como condiciones de contorno o condiciones en los límites (Fig. 3).

[1] Utilizamos el concepto de sistema en tanto herramienta analítica sin desconocer, sin embargo, que lo que suele presentarse como “medio externo” refiere a factores contextuales que terminan, en muchos casos siendo internos. Sólo utilizamos aquí esta división para enfocar en ciertos aspectos del sistema y ver la interrelación con otros factores, buscando no caer en perspectiva funcionalista que simplificaría la complejidad del sistema.

Figura 3. Condiciones de Contorno. El ejemplo se refiere a un sistema socio-ambiental. Fuente: Crojethovich (2016).

1.      El modelo de la cuenca del arroyo Las Conchitas como un sistema complejo

Como se mencionó, el estudio de un sistema complejo lleva a identificar sus componentes: los elementos, los límites, y sus interrelaciones, tanto internas como externas.[1]

Se puede establecer un modelo de la cuenca del arroyo las Conchitas (Fig. 4) que da cuenta de los tres subsistemas con los que se está trabajando:

  • Los vecinos, la sociedad.
  • El ecosistema natural.
  • El sector productivo.

 

Estos tres subsistemas estarían sujetos a interacciones con otros factores “externos”, ej. el cambio climático.

El sistema de la cuenca se encuentra, a su vez, atravesado por interrelaciones externas (las llamadas “perturbaciones del sistema”) que dependen del funcionamiento de la economía en un momento histórico determinado, así como del accionar del Estado, es decir, de las políticas públicas locales, provinciales y regionales. Unas y otras intervienen en los diferentes usos del sistema.

[1] La división de “interno” y “externo” utilizadas aquí son meramente analíticas, ya que, en la realidad, los límites de lo externo y lo interno de un sistema son poco claros y fluctuantes.

Figura 4. modelo de la cuenca del arroyo Las Conchitas como un sistema complejo. Fuente: elaboración propia.

El Arroyo las Conchitas y la comunidad. Efectos de la contaminación del arroyo en la vida cotidiana de la gente

A continuación, nos centraremos en los efectos de la contaminación del arroyo Las Conchitas en la vida cotidiana de la comunidad aledaña y en los cambios producidos sobre los usos del arroyo. Se busca responder: ¿cuáles son las transformaciones en territorio que colaboraron con el estado actual de contaminación del arroyo?, ¿cuáles son los factores percibidos por la comunidad como causantes de la contaminación?, ¿cómo era la relación de la comunidad con el arroyo antes de estar contaminado y cómo es actualmente esa relación?

En cuanto a las fuentes de información, éstas fueron tanto primarias como secundarias. Nuestra principal fuente fue la información extraída en nuestro trabajo de campo. Realizamos entrevistas abiertas (en profundidad) y focalizadas a actores claves ˗desde referentes sociales, miembros de instituciones educativas y sanitarias, hasta productores agropecuarios, centrándonos en el partido de Florencio Varela.[1] Nos apoyamos, además, en documentación e informes de organismos oficiales, en documentos fotográficos y en material periodístico.

El arroyo Las Conchitas recorre los partidos de Florencio Varela y Berazategui, y alrededor de su recorrido existen diferencias demográficas importantes. Desde su cuenca alta hasta su cuenca baja pueden observarse tanto territorios que tienen poca densidad demográfica en zonas rurales, como territorios que cuentan con una mayor densidad demográfica en las zonas más urbanas. Acompañando esa heterogeneidad en la densidad poblacional, también existe una multiplicidad de factores causantes de la contaminación.

 El arroyo ayer y hoy: transformaciones históricas en la cuenca

El Arroyo las Conchitas, que recorre los partidos de Florencio Varela y Berazategui hasta desembocar en el Río de La Plata, no siempre tuvo el aspecto de una “cloaca a cielo abierto” ˗como lo describió una estudiante de la UNAJ en un programa de televisión[2]. Existen relatos y documentos fotográficos que demuestran cómo medio siglo atrás la gente usaba sus orillas como espacio de esparcimiento.

Figura 5. El esparcimiento y el arroyo hace medio siglo. Fuente: extraído del blog de la Asociación de Amigos de la historia varelense[1].

[1] Extraído del sitio web: Referencias históricas, Asociación amigos de la historia varelense, https://dehistoriaypueblo.wordpress.com/arroyos-el-balneario-de-nuetros-abuelos/

[1] En esta investigación decidimos utilizar la entrevista abierta -es decir, con un guión, pero con la posibilidad de poder repreguntar en el contexto de la entrevista, dependiendo de las respuestas del entrevistado y donde éste tiene un rol más activo que en las entrevistas del tipo cerradas, generando un mayor espacio para que pueda expresarse. Este tipo técnica propia de la metodología cualitativa puede ser fundamental para la recolección de datos de una investigación de este tipo donde se quiere conseguir respuestas no necesariamente esperadas sobre un problema. Para ver más sobre la relevancia de esta técnica ver Merlinsky (2006)

[2] Programa “Desde el conocimiento”. C5N. 7 de noviembre de 2022

Además de la réplica de la estatua de la Venús de Milo, puesta en ese lugar por un estanciero de la época con el objetivo de que la vean quienes pasaban por allí desde el tren que iba a la Ciudad de La Plata, en la figura 6 pueden observarse personas sentadas en los bordes del arroyo comiendo sobre manteles, otras andando en bote o pescando.

Figura 6. Paseos en bote y la estatua de Venus. Fuente: Foto publicada por la Revista Caras y Caretas en 1912[1]

[1] Extraída de: https://www.alepolvorines.com.ar/Viajes/VenusBerazategui/VenusBerazategui.htm

En definitiva, tanto el arroyo como sus alrededores, llenos de vegetación, eran utilizados por la comunidad que vivía en las cercanías e incluso por algunas personas que llegaban desde otros territorios, de un modo que en la actualidad sería inconcebible debido a la contaminación.

Figura 7. La contaminación en el arroyo. Fuente: Foro del Rio de la Plata, 2015.

En uno de nuestros recorridos por el arroyo, como parte del trabajo de campo, pudimos observar que el color del agua se veía como en la foto. Es decir, la contaminación del agua es observable a simple vista. Pero, además, existen estudios que lo comprobaron. Según nos cuenta Ernesto Salgado, cuando la responsable de la investigación, Leda Gianuzzi[1], expuso los resultados del estudio del arroyo, les dijo que “hay más desechos cloacales en el arroyo que en una cloaca” (Ernesto Salgado, integrante del Foro Regional en Defensa del Río de la Plata, de la salud y el medio ambiente, Berazategui, entrevista abril 2024)

Al parecer, de la contaminación del arroyo nadie duda. Sin embargo, la explicación de las causas del estado actual del arroyo, es compleja. Y con ello queremos decir que no existe una sola causa en el proceso de contaminación, sino múltiples factores que intervienen en ello.

 El “cuarto de desechos”[2]

En los últimos cincuenta años existieron cambios significativos en el uso del suelo de la cuenca hídrica del arroyo Las Conchitas (Montaldo, 2020; Calvo, G., Cipponeri, M., Salvioli, M., Trovatto, M., y Alvares, P., 2014). De lo relatado por la propia gente que vive y trabaja en la zona, pudimos identificar tres factores entre los determinantes en el proceso de contaminación de la cuenca. Proceso que transformó a aquel territorio lindante con el arroyo y que cuarenta años atrás era usado para el esparcimiento, en un lugar que, en su mayor parte y en el estado que se encuentra actualmente, no es apto para su utilización como hábitat.

El primero de esos factores se relaciona directamente con el desarrollo de emprendimientos productivos agrarios, con la instalación de diversas industrias en los alrededores del arroyo (sobre todo en la cuenca media y alta) y con los efluentes industriales vertidos en él. Es decir, con factores que habitualmente se los considera “consecuencias necesarias” del desarrollo productivo.

El segundo factor, se vincula con la construcción de countries y barrios privados, principalmente en la cuenca baja. En las dos últimas décadas y sobre todo en el territorio de Berazategui, creció exponencialmente la construcción de este tipo de urbanizaciones, llegando hoy a un total de cuarenta.

A diferencia del primero y el segundo factor, que son producto directo de la búsqueda de la rentabilidad (digamos, en ellos se impone la lógica de ganancia, tanto por el capital inmobiliario como por el capital industrial o el agropecuario); el tercero, en cambio, se vincula más con las consecuencias del crecimiento poblacional que tuvo cada municipio. En general, este último factor también es producto de la lógica del capital, pero lo es más indirectamente.

 La contaminación por el “desarrollo”

A lo largo de la cuenca existen productores agrarios e industrias de todo tipo. Entre los productores agrarios se encuentran aquellos que tienen producción agroecológica (sin agrotóxicos) y otros que no. Este último tipo, es decir, los que fumigan con agrotóxicos, conforman, según nos confirmaron los entrevistados, el grupo mayoritario.

Figura 8. La soja y los agrotóxicos[1]. Fuente: producción propia, 2023.[1] Foto tomada en el territorio al costado del territorio de la comunidad guaraní Warisata, donde fumigan con agrotóxicos

[1] Leda Gianuzzi, doctora en Química y titular de la cátedra de Toxicología de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) dijo, en una entrevista que le hicieron: “Tuvimos acceso a los análisis de los niños y en muchos casos, los resultados eran muy altos. Esas cantidades de plomo serían un futuro problema mental y cognitivo. A partir de nuestra intervención, suspendieron el Comité de Crisis. Fue todo complejo; los médicos toxicólogos del Hospital de Niños (La Plata) me decían que los problemas de conducta de los chicos se debían al alcoholismo de los padres. Y ya tenían los resultados de las plombemias”. (Artika, sitio web de noticias, “Tres décadas de contaminación y una batalla judicial: el barrio obrero de Florencio Varela que vive envenenado”, 27 de mayo de 2022, extraído de https://fmartika.com.ar/tres-decadas-de-contaminacion-y-una-batalla-judicial-el-barrio-obrero-de-florencio-varela-que-vive-envenenado/)

[2] Expresión utilizada por Carolina María de Jesús para referirse a la favela de Canindé, en Brasil. 

De este modo, la calidad del agua superficial en el tramo superior de la cuenca Conchitas-Plátanos respondería, en primer lugar, a las consecuencias de la actividad agraria intensiva dominante en este sector, con el uso de plaguicidas como el glifosato. Así nos lo explicó Cristina, la referente de la comunidad guaraní Warisata[1] que vive en la zona rural de Ingeniero Allan, donde se encuentra uno de los afluentes que confluyen en el cauce principal del arroyo Las Conchitas. Mientras vamos caminando por el campo, Cristina nos va mostrando y contando:

Miren esto. Esto es soja. Miren lo que es el pasto y lo que es el glifosato. Esto nosotros lo tenemos muy cerca. Es altamente contaminante. Hay chicos con cáncer. Esto lo siguen fumigando, pasa el mosquito y fumiga. Y acá en frente hay casas, hay criaturas. En un tiempo tenemos acá toda soja. Acá no crece nada, pero la soja crece. Nosotros no podemos decir que lo que producimos en agroecológico porque está esto acá. Corremos con la suerte de que el agua va para el otro lado. Pero va para el arroyo. El nivel de contaminación es fuertísimo. Es lo más terrible acá (…) Estos obviamente no pagan nada. Están contaminando nuestra agua, ganando un montón de dinero y no tienen conciencia alguna. A veces hay mucho viento y ellos están fumigando con el mosquito.  Está prohibido supuestamente, pero…Acá pastan las vacas, las ovejas…hasta los cerdos vienen a comer acá. Mínimo tienen que tener quinientos metros desde las viviendas y acá no hay quinientos metros (Cristina de la comunidad guarani Warisata, zona 2, agosto de 2023)

“Están contaminando nuestra agua, ganando un montón de dinero y no tienen conciencia alguna”, nos comenta Cristina. Sin embargo, esta forma de producir no proviene de una creencia individual de cada productor para el que la tierra es un simple recurso que sirve para producir, sino que responde a la lógica del mercado y específicamente, a la ecuación de la rentabilidad y a la dependencia de los insumos para la producción, como fertilizantes y plaguicidas (agrotóxicos).

 

[1] La comunidad guaraní Warisata está conformada por 15 familias que hace 15 años se ubicaron en el barrio La Carolina, en la localidad de Ingeniero Allan. Su casa funciona como refugio para quienes se encuentran en situación de violencia de género, allí también brindan apoyo escolar y atención médica.

Figura 9. El arroyo en Warisata[1] Fuente: producción propia, 2023.

[1] Foto tomada en el territorio al costado del territorio de la comunidad guaraní Warisata, donde fumigan con agrotóxicos. Ahí se encuentra uno de afluentes que confluyen en el arroyo.

Figura 9. El arroyo en Warisata[1] Fuente: producción propia, 2023.

La instalación de fábricas en la ribera del arroyo Las Conchitas fue presentada por los distintos gobiernos municipales, provinciales y nacionales como parte de un proceso de desarrollo de la zona. El discurso que primó siempre se centró en que más fábricas generarían más recursos y más puestos de trabajo. De este aumento en los puestos de trabajo se deducía, casi como inevitable, una mejor calidad de vida para la población de la zona. Sin embargo, el aumento de establecimientos fabriles que produjo una gran contaminación de la cuenca, generó, paradójicamente, peores condiciones de vida para quienes habitan allí. Y así lo percibe la gente:

Las opiniones son variadas, pero todos coindicen con que el arroyo es un lugar totalmente contaminante y a su vez contaminado. Que las empresas, las fábricas que están instaladas en la ribera son las que hicieron, justamente, que el arroyo esté contaminado (Prof. A.G, entrevista de la zona 4, junio de 2024)

En segundo lugar, se encuentra la contaminación por las industrias, especialmente por los desechos que éstas arrojan al arroyo como nos mostraba una vecina, mientras nos señalaba un caño que salía de uno de los establecimientos, directo al arroyo. “Ves lo que es el agua, allá tenés el caño principal, mirá, si le querés sacar foto. ¿Ves el color marrón, el olor que hay’? (M., San Rudecindo, entrevista de la zona 5, entrevista agosto 2023)

Hoy el arroyo va cambiando de color dependiendo qué contaminante prima del desagote de los frigoríficos, de la Coca Cola… (Ernesto, integrante del Foro Regional en Defensa del Río de la Plata, de la salud y el medio ambiente, entrevista abril de 2024)

Existen muchos establecimientos industriales a lo largo del arroyo. El primer grupo de industrias ˗como Sniafa y Coca Cola˗ se instaló en la zona alrededor de los años cincuenta, mientras el último gran grupo de industrias lo hizo hace menos de dos décadas.

…en la localidad de Berazategui, se instaló la fábrica Sniafa y fue la primera empresa que se cuenta que se instaló en la zona y que a partir de ese momento todos los desechos iban a parar en el arroyo (Prof. A.G., entrevistado de la zona 4, junio de 2024)

Hoy, dentro del sector industrial, existen empresas de diversas escalas: desde Pymes pequeñas y medianas (algunas de las cuales fueron compradas o se asociaron luego a grandes empresas internacionales, como es el caso de “Metalúrgica Calviño”) o directamente grandes empresas como es el caso de Coca Cola. Y dentro de los rubros industriales se encuentran las empresas que producen alimentos, las que producen gaseosas, las que producen acero o perfiles de aluminio, las químicas, las que producen fertilizantes, las curtiembres, las refinadoras de aceite vegetal, las que hacen tratamiento de residuos y especialmente reciclan baterías.

Respecto a cuáles son las causas de la contaminación según la gente que vive allí. Primero, son todos los desechos que arrojan estas empresas. Especialmente la curtiembre, Siderar, que está ahí muy cerca, y mucho más esta empresa de químicos. Ellos a la noche -eso dicho por los mismos vecinos- abrían las compuertas y tiraban todo al arroyo, por decirlo de alguna manera, ‘a cielo abierto’. (Prof. A.G., entrevista de la zona 4, junio de 2024)

después tenemos la fábrica de chapa, que está después del puente amarillo. Ahí está La chapa. La huella es como la curtiembre. Y después tenés la alpargata, todo viene acá al arroyo. Vienen todos los desechos. (M. San Rudecindo, entrevista de la zona 5, agosto 2023)

Varias de estas empresas, ubicadas en el territorio, fueron denunciadas por contaminación ambiental, sea por arrojar sus desechos tóxicos en las cercanías del arroyo Las Conchitas o, directamente, por verter sus efluentes sin tratamiento en sus aguas. Uno de los casos más difundidos fue el de la empresa fundidora de plomo Industrial Varela, declarada responsable de daño ambiental, a partir del imparable reclamo vecinal del barrio “La Rotonda”, iniciado en 2016, que incluyó una demanda colectiva. Sin embargo, este proceso llevó mucho tiempo. Ya en 2006, el Barrio La Rotonda había sido declarado “bajo Crisis Ambiental” y 9 años antes “en Emergencia Sanitaria”.

Los estudios realizados por investigadores de la Universidad de La Plata mostraron que los habitantes de este barrio tenían niveles elevados de plomo en sangre. Se suman a ello, las evidencias de problemas neurológicos y de crecimiento, así como la falta de concentración y dificultad en el aprendizaje que experimentaban los niños y las niñas en edad escolar (“Contaminación: con el patrocinio de la UNLP…” 2022-06-03), que demostraban que los habitantes de La Rotonda tenían plumbemia, es decir, una acumulación de estos niveles altos de plomo en sangre durante un tiempo.

Otro de los casos más relevantes es el de la Curtiembre Hispano Argentina ˗ubicada entre la zona 4 y la zona 5 que seleccionamos para nuestro trabajo de campo[1]. En abril de 2022, esta empresa recibió una multa, bajo una resolución de la Autoridad del Agua de la Provincia de Buenos Aires (ADA), por el vuelco de efluentes que contaminan las aguas (Resol-2022-463-GDEBA-ADA).

Mientras caminábamos por el barrio San Rudecindo, Mónica, del comedor “Los olvidados” nos comentaba que debido al caso de la curtiembre:

algunos vecinos se fueron, otros vecinos murieron por el asunto de que tenían cromo y plomo en sangre. Nacieron algunos chicos afectados, hay gente que ya fallecieron por el asunto de la contaminación. Nosotros los que estamos hoy estamos olvidados por el municipio. Cuando vinieron a sacar muestra del arroyo, acá están los caños que tiran de la curtiembre, cada vez que viene alguien a fijarse o mirar por nosotros ellos no tiran nada en el arroyo. (M., San Rudecindo, entrevista de la zona 5, agosto 2023).

Nos cuenta también que ellos saben que tienen sus cuerpos contaminados porque fueron hacerse estudios al hospital Garrahan. También Rubén, profesor de la escuela 17, nos comenta que se tomaron pruebas en la zona de la Carolina 2:

Hoy en día está totalmente contaminado. Hay días en que el olor es nauseabundo, incluso cambia de colores de acuerdo a los químicos que arrojan estas empresas porque tenemos muy cerca una fábrica que trabaja con cueros -una curtiembre-, también teníamos una que trabajaba con químicos…Las condiciones del arroyo es desastroso. Sabemos que se han tomado pruebas, en el agua, en la tierra, en las hojas de los árboles, comentaban que había residuos de plomo.” (Prof. A.G., entrevistado de la zona 4, junio de 2024)

[1] La curtiembre se encuentra frente a donde está el comedor “Los olvidados”, que se sostiene sobre todo gracias al trabajo de una de las vecinas que entrevistamos y cerca de la escuela donde los estudiantes empezaron un trabajo de investigación sobre la contaminación del arroyo, gracias al esfuerzo del docente al que entrevistamos y de la propia dirección de la escuela.

Figura 10. La contaminación en San Rudencindo[1]. Fuente: producción propia (Alvarez Huwiler y Cabeda, 2023)

[1] Foto del estado actual del arroyo Las Conchitas en San Rudecindo, Florencio Varela. La foto fue tomada del lado del arroyo, frente a la curtiembre. A una cuadra de ahí se encuentra el comedor “Los olvidados”.

Countries y barrios privados: la compulsión urbanizadora[1]

Las urbanizaciones cerradas como barrios privados o countries se ubican mayoritariamente en la cuenca baja del arroyo Las Conchitas, en el partido de Berazategui y, específicamente, en sitios estratégicos de fácil acceso a las autopistas para hacer el trayecto desde y hacia la Ciudad de Buenos Aires. Así, en las zonas cercanas a la autopista Buenos Aires – La Plata, pueden encontrarse varios barrios privados ya habitados y muchos otros en obra.

La compulsión urbanizadora sobre estas áreas orientada al segmento premium de la demanda residencial pone de relevancia el carácter que tienen los nuevos desarrollos inmobiliarios. Centrada casi exclusivamente en la satisfacción de este segmento, la apuesta del mercado desarrollador de bienes raíces pasó a estar comandada por la lógica de un modelo especulativo rentista que transformó a la producción de fragmentos urbanos en nuevas formas de hábitat con significación propia y a los territorios receptores en sus meros contenedores físicos, llegando a prescindir de los lugares, de su historia y su cultura (Pinto, 2019: 24)

El boom de la construcción de countries en la zona de Hudson en la última década ha sido fuertemente denunciado por los problemas ambientales que éstos podrían generar en las llamadas “zonas protegidas”. Además, la mercantilización de estos suelos para emprendimientos privados podría tener un impacto ambiental significativo para barrios aledaños. “Por empezar, para construir es necesario levantar terraplenes, lo cual altera la pendiente del suelo y genera inundaciones” (“Humedales si, contries no”, 9 de diciembre de 2020)[2] Pero, además, “todos ellos con potenciales vertidos de sus efluentes cloacales al arroyo, ya sea con o sin tratamiento” (Montaldo, 2020: 71).

Cuando se empezaron a construir los barrios privados sobre la salida de la autopista Buenos Aires- La Plata, en la rotonda, uno de los problemas era cómo pasar la autopista con las cloacas. Hubo que hacer todo un sistema. Frente al arroyo Las Conchitas hay una planta elevadora, impulsora, es la que trae…esa planta se rompe dos o tres veces al año. Mientras la arreglan, ¿van a dejar que se llenen de mierda los barrios privados o que sigan trabajando las máquinas y tiren todo al arroyo? Eso es lo que hacen. Entonces hay momentos en que el arroyo tiene una carga fecal increíble (Ernesto Salgado, entrevista, abril 2024)[3]

La Asamblea Autoconvocada en “Defensa de los Humedales y Bosque Ribereño de Hudson-, Hocó”, en su lucha contra lo que considera “abusos del negocio inmobiliario”, viene denunciando los problemas que genera la construcción de estas urbanizaciones -que hoy suman alrededor de cuarenta-, así como al Municipio, porque, según argumentan, la explotación de las zonas de humedales sólo puede efectuarse gracias las rezonificaciones propuestas por éste. Así lo explica Lucas Rúa, un miembro de la asamblea ambiental:

La estrategia fue rezonificar el ordenamiento territorial de la provincia de Buenos Aires a cargo del Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable (OPDS), achicando las zonas de mayor protección y agrandando las zonas para explotar; en paralelo el Municipio junto con el Concejo Deliberante rezonifica la zona de reserva a zona residencial (Zarate, Anccom, 9 de diciembre de 2020)

Se señalan tres puntos clave para el avance sobre estas tierras por parte del capital inmobiliario: 1. La constante búsqueda por conseguir precios más bajos; 2. la habilitación otorgada por los funcionarios para que los privados puedan acceder a estas tierras y 3. la ausencia de una ley que proteja los humedales. Las tierras de los humedales son atractivas para el capital inmobiliario dada la riqueza que encuentran allí, con abundante agua y a precios muy económicos (Zarate, Anccom, 9 de diciembre de 2020).

Basurales “a cielo abierto”

Sumado a los desechos de las industrias y los efectos del boom de los barrios cerrados, la calidad del agua superficial de la cuenca Conchitas-Plátanos, sobre todo en el tramo superior, es producto de la basura y los desechos cloacales arrojados al arroyo.

Este uso del arroyo como basural que puede observarse a simple vista es, a su vez, producto del crecimiento de la población que se instaló en la ribera del arroyo. Dependiendo de la zona, una parte de este crecimiento se debió a una migración interna, desde otros partidos del Gran Buenos Aires, pero sobre todo desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), generada en las últimas décadas.[4] En el caso de quienes migraron desde CABA, vecinos del barrio la Carolina 2 explicaban que se habían mudado debido al incremento en el precio de los alquileres.

En el caso de Berazategui, su población pasó de 127.740 habitantes en 1970 a 287.913 en 2001 y a 358.712 en 2022. Es decir, llegó casi a triplicarse en cinco décadas.  En el caso de Florencio Varela, entre 1947 y 1970 su población se incrementó de unos 10.000 a unos 100.000 habitantes, llegando a ser, entre 1970 y 2001 uno de los municipios de la Provincia de Buenos Aires que más creció demográficamente[5]. En la actualidad, según el Censo de 2022, viven en este municipio 496.433 habitantes (INDEC, 2022).

Este crecimiento poblacional no se dio de un modo planificado, teniendo en cuenta las necesidades mínimas de vivienda. Por el contrario, y en contraste con los recursos privilegiados de los barrios cerrados, una gran parte de la población que se fue instalando en las zonas de la cuenca, y más precisamente en la ribera del arroyo, vive en condiciones de extrema pobreza, sin servicios indispensables como los son la red cloacal o los servicios de recolección de residuos. Esta situación colabora con la contaminación del arroyo porque, en primer lugar, al no tener red cloacal, “los efluentes cloacales se vierten a un colector pluvial con posterior destino en el arroyo o en el mejor de los casos al suelo natural por medio de pozos absorbentes” (Montaldo, 2020: 71).

Y así lo confirmaron las personas entrevistadas al comentarnos que en varias zonas no existe la red cloacal. Respecto a la cobertura de saneamiento, según el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, setenta y nueve mil trecientas noventa y nueve personas no tienen red cloacal en Florencio Varela, y veintiocho mil trece en Berazategui (INDEC, Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, 2022). Esto empeora la calidad de agua del arroyo, deteriorando también la calidad de vida de la gente que vive en la zona.

En segundo lugar, la falta de una correcta recolección de residuos hace que los habitantes del lugar tiren la basura directamente en el arroyo: “la gente hace lo que puede con la basura, algunos la queman y otros la tiran en bolsas. Luego vienen los perros, las rompen y terminan en el arroyo” (vecino que vive sobre el arroyo en la zona 4). En conclusión, mucha de la basura termina en el arroyo junto con desechos cloacales.

Los vecinos de la zona de la ribera, del arroyo, son conscientes de que el arroyo está contaminado, entonces ven ahí la posibilidad de poder arrojar todos los desperdicios…Eso en cualquier momento se convierte, en realidad ya es, una zona de basural. Dentro de los comentarios de varios alumnos dijeron que en un momento determinado vieron flotando un caballo muerto en el arroyo (Prof. A.G., entrevista de la zona 4, junio de 2024)

Y ahora se empezó a tirar más que nunca la basura. Lo traen con los carros. A veces yo también salgo con mi carro porque yo vivo el día a día. Yo también junto así como juntan mis vecinos, no me duele decir la vergüenza, porque no tengo vergüenza, salgo con mi marido en el carro, salgo a cartonear, en mi casa tengo los bolsones de cartón, soy humilde, pero es lo que hay. Nosotros tenemos que trabajar. (…) Al municipio le pedimos tachos de contenedor de basura, le pedimos que el basurero no llega hasta acá al fondo, llega hasta la asfaltada y ahí queda. Pero no se fija si los vecinos tienen la basura en la puerta de la casa.

Usan el arroyo porque no tenemos donde tirar la basura. La gente tira, y saca de comer de la basura. Hay muchas cosas para hacer. (M. San Rudecindo, entrevista de la zona 5, agosto 2023)

En varias de las entrevistas nos comentaron que el camión no se mete en el barrio y, por lo tanto, quienes viven a un par de cuadras de donde se recolecta, no cuentan con ese servicio. Y cuando llueve, el camión de recolección de la basura directamente no pasa, empeorando la situación del barrio.

Cuando llueve fuerte, el arroyo se desborda y el agua contaminada ingresa directamente a los hogares, que en su mayoría son de construcciones precarias, “arruinando lo poco que tenemos”. “El agua el otro día, nos llegó hasta las rodillas” (vecino que vive sobre el arroyo, entrevista de la zona 4).

Mientras nos mostraba las fotos que le mandan los chicos y padres de sus casas llenas de agua durante las lluvias fuertes, el director de la Escuela N°17 nos comenta que “cuando hay inundaciones, la mitad de los chicos, no llega a la escuela” (entrevista de la zona 4, marzo de 2024).

Sumada a esto, la gente que puede, haciendo un gran esfuerzo, compra el agua porque desconfían de lo que pueden estar bebiendo. Prueba de este hecho es el aumento en la cantidad de empresas que venden agua “potabilizada” (o sea, no mineral) tanto en Florencio Varela como en Berazategui, lo que conlleva un costo adicional en la vida de trabajadores que no llegan a fin de mes, según nos comenta uno de los entrevistados de la zona 4.

Respecto a los vertidos de desechos cloacales, no sólo corresponden a las viviendas particulares, sino también a la denominada “cárcel de Varela”, ya denunciada por este problema. En la naciente del Arroyo, en la zona de La Capilla, el Complejo Penitenciario de Florencio Varela (zona 1), que incluye seis cárceles superpobladas, vierte sus desechos cloacales directamente -es decir, sin tratamiento-, en las aguas del arroyo, como informan varias fuentes periodísticas y como pudimos observar en nuestro trabajo de campo. En la foto de la figura 9 puede verse claramente cómo desde la cárcel vierten los desechos en la naciente del arroyo, allí donde se hizo un canal. El canal rodea el complejo penitenciario.

Esta situación ya ha sido denunciada, así como las condiciones de sobrepoblación con los problemas de hacinamiento que esto conlleva (Tribunal de Casación Penal, Provincia de Buenos Aires, 2019)[6]

Quienes viven en los alrededores, muchos de ellos familiares de los presos de la cárcel, naturalizan que el canal esté lleno de basura. Quien atiende en un negocio frente a la cárcel nos comenta que siempre está así y que “es normal que haya ese olor”.

[1] Así la denomina Patricia Pintos al referirse al boom de este tipo de construcciones en la región metropolitana de Buenos Aires.

[2] Extraído de https://anccom.sociales.uba.ar/2020/12/09/humedales-si-countries-no/

[3] Mientras conversaba con Ernesto, veíamos en el mapa la parte entubada del arroyo (es la parte que se ve recta).

[4] Mientras la población de Berazategui y Florencio Varela crecían, la Ciudad de Buenos Aires tuvo un saldo migratorio interprovincial negativo desde 1996 (Dirección Nacional de Población, 2010).

[5] Datos extraídos de los Censos Nacionales y de la página web del Municipio de Florencio Varela (https://www.varela.gob.ar/historia/migracion.aspx)

[6] Documento sobre las condiciones de detención en la Provincia de Buenos Aires (RC. 2301/18). Extraído de: https://defensapublica.mpba.gov.ar/JURISDICCIONAL/Resoluciones/SCBA/Documento_sobre_condiciones_de_detencion_prov_bs_as.pdf

Figura 11. El origen del arroyo: la cárcel de Varela. Fuente: producción propia, 2023

Además, así lo confirman los entrevistados:

Está archi recontra contaminado. Si se hace el seguimiento de donde nace viene de la cárcel y es un olor a baño impresionante. Ellos van tirando agua, pero no debe ser lo suficiente para el tratamiento necesario allá. Y acá ponele que corre, y en el cruce de calles ahí es donde se estanca y se siente un olor fuerte, cuando hay humedad. Ahora capaz que pasas y no sentís nada. Pero si, el olor es impresionante. (Productor, entrevista de la zona 1, diciembre 2022)

Figura 12. El origen del arroyo: la cárcel de Varela y los desechos cloacales. Fuente: Producción propia, 2023

Como consecuencia de esta contaminación del arroyo en la cuenca, la gente de localidad de La Capilla ya no usa el agua del arroyo como lo hacía tiempo atrás. Así nos lo confirmó una médica de la salita:

tenés que estar loco para ir a tomar agua del arroyo porque se lo ve contaminada. Pero acá no se hicieron estudios ni prevención, tampoco hay control del pozo que hace la gente y al no haber una red de agua, la persona que hace el pozo debería ser especializada, o al menos hacer un registro y analizar si el agua es potable (médica, entrevista de la zona 1, febrero de 2024)

La médica nos comenta, además, que en esa zona no se han hecho análisis de sangre y orina para saber si hay contaminación, aunque deberían hacerse. “lo que a nosotros nos preocupa es la población, qué cantidad de gente está contaminada. Pero basta con pasar por el arroyo para saber que éste está ultra contaminado” (médica, entrevista de la zona 1, febrero de 2024).

Pero lo que más me llamó la atención es lo que me contaba una señora que trabaja en la escuela es auxiliar de la escuela. Ella vive hace más de 25 años en la zona y me contaba que en su momento no estaba en las condiciones en las que hoy se encuentra, pero que todas las napas de agua -me refiero a todas las excavaciones de agua que se hacían antes de que existiera agua de red-, estaban contaminadas porque esos mismos vecinos lo habían mandado a analizar y no se podía tomar el agua” (Prof. A.G., entrevista de la zona 4, junio de 2024)

En ciertas oportunidades, como en el caso de San Rudecindo o de la Rotonda, los vecinos y las vecinas se organizaron y reclamaron al Municipio, recibiendo atención en algunos casos y en otros no. Hasta se hicieron estudios del agua y de sus propios cuerpos, con ayuda de investigadores de las universidades en varias ocasiones, como mencionamos al comienzo del artículo.

Dicho sea de paso, muchos vecinos han hecho presentaciones a la Municipalidad, en este caso, en la de Florencio Varela que es donde está el barrio San Rudecindo y la Carolina 2, que pertenecen a este partido. Y debido a esta movida vecinal es que ha decidido Medio ambiente, la sección municipal, hacer este tipo de campaña en la plaza que a mí me pareció bárbaro. Hicimos una salida educativa y los alumnos empezaron a preguntar sobre el tema. Lógicamente cuando se enteraron que nosotros estábamos investigando sobre esta cuestión de la contaminación del arroyo, se vinieron todos, vinieron las autoridades. No te imaginás la movida que fue eso. Pero bueno, la Municipalidad de Florencio Varela le echa la culpa a provincia, dice que es de incumbencia directa de la provincia de buenos aires. Tenemos las grabaciones de eso. Pero a su vez ellos ostentan que están preocupándose por el tema.” (Prof. A.G, entrevista de la zona 4, junio de 2024)

Consideraciones finales: desarrollo y degradación ambiental

La idea de “desarrollo”, históricamente, estuvo asociada al concepto de productividad -o, de la “productividad marginal” términos de la economía neoclásica. Y aunque existieron cuestionamientos a esta noción de desarrollo, en las distintas tradiciones de la economía, la contaminación de la naturaleza no estuvo incluida dentro de las diferentes definiciones de desarrollo. Como explica Altvater:

Los efectos negativos sólo pueden ser ignorados bajo el supuesto de que la naturaleza tiene una capacidad infinita de absorberlos. Sin embargo, el proceso de acumulación capitalista tiende a transgredir el límite de las condiciones naturales de reproducción y, consecuentemente, la teoría tiene que tomar a la naturaleza en consideración. Aparentemente, esto era innecesario mientras se desconocían ‘los límites del crecimiento’ o los problemas del medio ambiente y, por lo tanto, estos no eran tema en el discurso político o científico (Altvater, 2006: 352)

Es recién en las últimas décadas que la contaminación ambiental empezó a ser considerada un problema que puede afectar a las economías nacionales y a las sociedades futuras. Sea como consecuencia de las luchas ambientales o de la toma de conciencia de los efectos de la contaminación que podrían perjudicar a la rentabilidad capitalista, la cuestión ambiental comienza a tener peso en los debates nacionales e internacionales, recién en los años ´90. A partir de esta década empieza a tener relevancia, dentro del mundo de las ONG y en la agenda política internacional, la noción de “desarrollo sustentable”, que más recientemente se transformaría en la idea de “industrias limpias”. El ecoeficientismo, como lo denomina Svampa, “postula el eficiente uso de los recursos naturales y el control de la contaminación” (2008: 6).

Sin embargo, más allá de que su difusión como “tema de agenda” pueda considerarse un avance, existen ciertos límites que se imponen a la hora de generar medidas que lleven a soluciones reales. Entre esos límites se encuentra, en primer lugar, la búsqueda de la rentabilidad y la competencia cómo lógica que dirige el mercado capitalista. Esta lógica hace que las medidas que podrían disminuir los impactos ambientales, continúen siendo un “costo” para los empresarios. Costo que en general es impuesto por parte de los estados como regulaciones ambientales. Así sucede con las empresas que vierten los efluentes industriales en el arroyo Las Conchitas sin tratamiento previo. Para estas empresas, un tratamiento de los residuos implica un costo. Por lo tanto, si nadie lo exige, ninguna empresa lo hará por motu propio.

En segundo lugar, la desigualdad en la sociedad genera sectores de alto consumo y sectores de la sociedad que, en general, son los que más padecen los efectos de la contaminación como puede observarse en los barrios más empobrecidos de la cuenca del arroyo Las Conchitas. Como explica Altvater:

En repetidas oportunidades, los ecologistas suelen decir que la pobreza es una de las principales causas de la destrucción ecológica, y el Banco Mundial en particular trabaja con este supuesto. Pero no es cierto. La desigualdad y la injusticia son las que resultan perjudiciales no sólo para la cohesión social sino también para la naturaleza. Los pobres son relegados a la satisfacción de las llamadas necesidades básicas, mientras que los ricos han acumulado tantos reclamos sobre la naturaleza que pueden expandir codiciosamente el ‘medio ambiente’ que dominan y excluir a otros de su uso ordenado, por lo que desarrollan prácticas destructivas de uso excesivo de los recursos que están a su disposición (Altvater, 2006: 351).

Pero la cuenca del Arroyo Las Conchitas no es la única de la provincia de Buenos Aires que padece este problema socioambiental. En todos los casos las características son similares:

Territorios que, en general, se caracterizan por elevados niveles de degradación ambiental en los que se combinan situaciones de pobreza, altas tasas de crecimiento poblacional, riesgos de inundaciones, contaminación del suelo y el aire, e infraestructuras de agua y saneamiento de cobertura incompleta o calidad precaria” (Merlinsky y Tobías, 2021: 27)

Por último, terminar con la contaminación se presenta como un problema para los estados nacionales -así como también para las provincias y municipios- cuyos recursos, en general, dependen de los impuestos, tanto al consumo como a la producción y de las divisas por medio de las inversiones extranjeras y de las exportaciones[1]. Se entiende entonces que, cuanta más producción, más inversiones, más exportaciones y más consumo haya, más recursos económicos tendrán los estados. Esto genera un gran impedimento para formular e implementar políticas reales que frenen los llamados “pasivos ambientales”.

Referencias bibliográficas:

Altvater, E. (2006). ¿Existe un marxismo ecológico? En Borón, A. La teoría marxista hoy. Problemas y perspectivas. pp. 341-364. Buenos Aires: CLACSO

Calvo, G., Cipponeri, M., Salvioli, M., Trovatto, M., y Alvares, P. (2014). Análisis multitemporal del uso efectivo del territorio en la cuenca del Arroyo Las Conchitas-Plátanos. Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Ingeniería, Departamento de Hidráulica, Unidad de Investigación, Desarrollo, Extensión y Transferencia Gestión Ambiental (UIDET- Gestión Ambiental- FI UNLP).

Crojethovich Martín, A. y Herrero, A. C. 2012. Ambiente y Ecología. En: María Di Pace y Horacio Caride (Directores): Ecología Urbana, Universidad Nacional de General Sarmiento, Los Polvorines. pp. 43-73

Crojethovich Martin, A. D. 2016.  Aspectos ecológicos de la sustentabilidad urbana en la Región Metropolitana de Buenos Aires, Argentina. Tesis Doctoral. Universidad Complutense de Madrid.

García, R. 1986. Conceptos básicos para el estudio de sistemas complejos. En Enrique Leff (coordinador): Los problemas del conocimiento y la perspectiva ambiental del desarrollo, Editorial Siglo XXI, México.

García, R. 1994. Interdisciplinariedad y sistemas complejos. En Enrique Leff (compilador): Ciencias Sociales y formación ambiental, Editorial Gedisa, Barcelona.

INDEC, Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, 2022.

Merlinsky, G. (2006). La Entrevista como Forma de Conocimiento y como Texto Negociado: notas para una pedagogía de la investigación. Cinta de Moebio: Revista Electrónica de Epistemología de Ciencias Sociales, N° 27, pp. 27-33.

Merlinsky, G. y Tobias, M. (2021) Conflictos por el agua en las cuencas de los ríos Matanza-Riachuelo y Reconquista: Claves para pensar la justicia hídrica a escala metropolitana. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Geografía “Romualdo Ardissone”. Punto Sur; 5; 7-2021; 24-40. https://doi.org/10.34096/ps.n5.10998

Montaldo, D. (2020). Estudio ecotoxicológico en la cuenca hídrica del arroyo las conchitas (Buenos Aires) con embriones de vertebrados. Tesis de maestría en Ingeniería Ambiental, de la Universidad Tecnológica Nacional, Avellaneda.

Musacchio, L., y Wu, J. 2004.Collaborative landscape-scale ecological research: Emerging trends in urban and landscape ecology. Urban Ecosystems 7(3):175–178

Niemelä, J. 1999. Is there a need for a theory of urban ecology? Urban Ecosystems 3:57–65.

Qureshi, S., Breuste, J. H. y Lindley, S. J. 2010.Green space functionality along an urban gradient in Karachi, Pakistan: a socio-ecological study. Human Ecol 38(2):283–294.

Svampa, M. (2019). Las fronteras del neoextractivismo en América Latina: conflictos socioambientales, giro ecoterritorial y nuevas dependencias. Bielefeld University Press.

Young, R. F. 2009. Interdisciplinary foundations of urban ecology. Urban Ecosyst 12:311– 331.

 

 

[1] En las últimas décadas en Argentina -como en varios países de América Latina-, con el auge de lo que varios autores denominan “neodesarrollismo” (Gudynas, 2015) o “neoextractivismo” (Svampa, 2019), creció la producción de las actividades extractivas, incluido el agronegocio y la explotación de humedales para el negocio inmobiliario. Este boom extractivista está asociado a la búsqueda de inversiones extranjeras y de las exportaciones, ambas para la obtención de divisas.

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