
Por María Victoria Gagliardi
Este trabajo, presentado en el marco de la 2da Jornada de Vinculación Escuela Secundaria – Universidad realizdo en 2024, recupera parte de la experiencia desarrollada a partir de la coordinación del Taller de Vida Universitaria, una de las tres materias del Ciclo de Preparación Universitaria del Instituto de Estudios Iniciales en la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ).
El período de transición escuela-universidad es un momento clave en el cual se activan procesos subjetivos de afiliación institucional, a la vez que se despliegan una serie de expectativas y prácticas novedosas para las personas que ingresan a las instituciones de educación superior. En este marco, la articulación internivel es fundamental, entendiendo que son valiosas las estrategias que puedan desplegarse para facilitar la anticipación y la preparación, dos cuestiones claves para construir un ingreso inclusivo en la universidad.
Estos procesos que permiten anticipar experiencias no refieren exclusivamente a una capacitación académica específica, sino también a la posibilidad de abrir universos de posibilidad que permitan idear el proyecto de vida que acompaña la vocación de convertirse en profesionales. Consideramos a la formación universitaria como una experiencia integral, que se construye a partir de múltiples aprendizajes, asentados en experiencias y saberes
previos, pero que implican sociabilidades y alfabetizaciones específicas.
En este sentido, la vivencia de experiencias emocional y subjetivamente significativas durante el período de la educación secundaria puede constituir una puerta de entrada para el acceso a la educación superior. Con relación a esto, en la Universidad Nacional Arturo Jauretche y particularmente desde la coordinación del Taller de Vida Universitaria, hemos participado de actividades a lo largo de los últimos 10 años que permiten dar cuenta de
esto. La organización de talleres en escuelas a partir de proyectos como Nexos y Sigamos Estudiando, coordinados desde la Provincia de Buenos Aires y articulados en la Universidad a partir de la Unidad de Vinculación Educativa permitió, por un lado, desarrollar espacios de reflexión y diálogo acerca de los proyectos de vida, articulando una mirada prospectiva que habilita una reflexión acerca del ciclo que se cierra para estudiantes que egresan de la
escuela secundaria y permite proyectar hacia el futuro otras posibilidades de formación.
Estas experiencias de intercambio son enriquecedoras tanto para estudiantes como para docentes de ambas instituciones, ya que propician el trabajo a partir de la conformación de parejas pedagógicas, enriqueciendo la práctica a partir de la articulación.
Otro ejemplo significativo con relación a lo que llamo experiencias emocional y subjetivamente significativas que se han realizado entre la Universidad y las escuelas secundarias son la promoción de exposiciones en formato ferias o eventos abiertos a la comunidad, en el cual las y los estudiantes de escuelas secundarias pueden, a la vez,
recorrer el espacio físico del campus universitario y conocer más acerca de sus ofertas académicas. En la UNAJ, este formato se da a partir del evento “Universidad a Puertas Abiertas”. La creación de espacios/taller, que permiten hacer una primera experiencia de clase en la universidad, generan espacios de participación que son muy potentes en
términos formativos al despertar la curiosidad y el interés. Abren un espacio de posibilidad, dan la bienvenida y construyen un primer acercamiento. Desde la coordinación del Taller de Vida Universitaria, hemos participado de numerosas ediciones desde 2016, que incluyeron el dictado de talleres y la coordinación de acciones para dar la bienvenida a las y los ingresantes.
Estas experiencias habilitan un espacio de diálogo interinstitucional que fue resignificado a partir de la pandemia. Este período, que podríamos situar entre 2020 y 2022, generó una aceleración inédita en la aplicación de programas y protocolos ante la virtualización total de las clases en la universidad en todo el país en el contexto del Aislamiento Total, Preventivo y Obligatorio (ASPO) y el Distanciamiento Preventivo y Obligatorio (DISPO).
Esta apuesta transformó profundamente las condiciones de enseñanza y aprendizaje de las universidades argentinas, y fueron aplicadas de manera urgente y compulsiva (Gagliardi, 2020). A partir de esto, en la UNAJ se aplicó una modificación en las modalidades de cursada que transformaron la experiencia pedagógica, constituyendo un nuevo desafío para la iniciación a la vida universitaria al incorporar la bimodalidad en todas sus carreras. Actualmente, las personas que se integran a la universidad deben recorrer un doble procesode alfabetización que implica la vinculación entre la experiencia escolar y universitaria. Por un lado, el que refiere a los procesos de afiliación universitaria y sobre los cuales hemos estado trabajando todos estos años: la promoción de espacios de intercambio y orientación vocacional-ocupacional, el trabajo sobre las habilidades de lectura y escritura, las políticas que favorecen la inclusión en términos económicos a partir de los sistemas de becas, etc.
Por otro lado, se produce un nuevo proceso de alfabetización entre quienes ingresan a la universidad, que refiere a las expectativas y prácticas que en la actualidad se requieren para cursar en la universidad bajo modalidades mixtas o integradas con tecnologías digitales. Asistimos a un período en el cual se proponen recorridos diversos e iterativos y en los cuales se construyen experiencias que, en el mejor de los casos, ofrecen vivencias complementarias: la de la clase presencial, la de las aulas virtuales, la de los espacios de intercambio informales como grupos de whatsapp, la de los espacios entre pares como los grupos de estudio, etc.
La experiencia universitaria, hoy, está extendida a diferentes espacios que combinan lo virtual y lo presencial, y suelen transcurrir en diversas temporalidades. Construir unaarticulación entre niveles que permita anticipar esta experiencia es un desafío, dado que las modalidades de la escuela secundaria son exclusivamente presenciales (y es muy importante que así sea). En este sentido, es importante pensar colectivamente cómo construir espacios en los cuales pueda planificarse una vinculación que permita preparar y planificar previamente para la experiencia universitaria, teniendo en cuenta las condiciones materiales que implican realizar una carrera en contextos post pandémicos sin renunciar al horizonte de inclusión y calidad educativa que nos proponemos desde la universidad
pública.