
Por Carolina Sofía Rodriguez – Estudiante de la Licenciatura en Administración – UNAJ) y Emilia Pierre Benitez Prof. en Educación Inicial, Psicopedagoga, diplomada en Neuropsicología Clínica – UNAJ, integrante de la Comisión de Hijos/as y familiares del Centro de Veteranos de Quilmes).
Este artículo reflexiona acerca de la experiencia de Carolina Sofía Rodríguez y Emilia Pierre Benítez en el Curso de Vinculación “Archivología y rescate de memorias locales. Introducción a la conservación, gestión y comunicación de fondos documentales” y de su importancia para la construcción de una memoria colectiva local.
Explorar el pasado para comprender el presente
¿Cómo preservamos nuestra historia? ¿Qué hacemos con los documentos, fotos y relatos que cuentan quiénes fuimos? Estas preguntas guiaron nuestro paso por el curso de vinculación “Archivología y rescate de memorias locales. Introducción a la conservación, gestión y comunicación de fondos documentales”“ organizado por el Programa de Estudios de Malvinas, Atlántico Sur y Patagonia (PEMAP), el Programa de Estudios Latinoamericanos (PEL) y el Programa de Estudios en Derechos Humanos (DDHH) junto con la Dirección de Género y Derechos Humanos, un aprendizaje enriquecedor que no solo amplió nuestros conocimientos, sino que también nos dejó herramientas aplicables a la vida cotidiana, a la carrera profesional y al vínculo con las organizaciones sociales.
En dicho curso, realizamos un trabajo final sobre los museos de veteranos de Florencio Varela y de Quilmes, en particular con las comisiones de hijos e hijas y de familiares de ambos centros, ya que una de nosotras es hija de un veterano y la otra, estudiante de la Universidad Nacional Arturo Jauretche que se incorporó al PEMAP (Programa que viene trabajando con esas instituciones en los proyectos UNAJ-VINCULA). Para el trabajo práctico realizamos entrevistas y observaciones con el objetivo de conocer cómo conservaban sus documentos y materiales históricos. A lo largo de las conversaciones, nos dimos cuenta de que, si bien contaban con un importante acervo, no tenían una base de datos de manera organizada y, en general, se desconocían las recomendaciones para la conservación y el cuidado.
En el proceso del curso de vinculación en Archivología pudimos identificar la importancia de la preservación y accesibilidad de los archivos, objetos y materiales por lo que sugerimos colaborar en la creación de un sistema que les permitiera gestionar mejor su patrimonio documental siendo una herramienta fundamental.
Un viaje a través de los archivos
El curso fue una inmersión en el mundo de la archivología, un campo que, hasta entonces, nos era desconocido. Aprendimos sobre la importancia de conservar documentos y fotografías, los métodos para hacerlo correctamente, el circuito que recorre un archivo cuando se dona o se pone en valor y el rol que cumplen éstos en la construcción de la memoria colectiva. Lo más interesante fue entender que el cuidado de estos materiales no es solo una cuestión técnica, sino también un acto de responsabilidad comunitaria con nuestra historia. Uno de los momentos más interesantes fue cuando trabajamos con fotografías antiguas. Descubrimos que muchas que parecen estar en buen estado, en realidad pueden estar deteriorándose sin que lo notemos. Aprender a manipularlas y almacenarlas correctamente nos hizo repensar cómo tratar las propias fotos familiares, los documentos y libros.
Durante la cursada encontramos en los archivos la presencia de una memoria colectiva; también, la ausencia de relatos y memorias de ciertos colectivos locales. Esto nos llevó a preguntarnos: ¿qué grupos guardan sus archivos y memorias y cuáles no lo hacen?, ¿por qué? ¿Qué factores influyen en la preservación o el olvido de ciertos relatos?
Uno de los casos más significativos que abordamos fue el de la memoria de Malvinas en nuestras localidades, Florencio Varela y Quilmes. A pesar de que el conflicto marcó profundamente la historia argentina, sus huellas en el ámbito local no siempre han sido documentadas con el mismo énfasis que en el relato nacional. En muchos casos, los archivos oficiales priorizan documentos militares y políticos, mientras que los testimonios de los excombatientes, sus familias y las comunidades que los recibieron al regreso quedan relegados al ámbito personal o en iniciativas aisladas.
Desde esta perspectiva, trabajamos sobre el contexto de creación, resguardo y conservación de determinados materiales, como objetos personales de los veteranos, fotografías de la época, expedientes administrativos y documentos de asociaciones de excombatientes. Estos elementos resultan esenciales para construir una identidad malvinera en el ámbito local, permitiendo recuperar no solo la historia de los soldados, sino también la de sus familias, docentes, amigos y vecinos que fueron parte de ese proceso.
La labor del Museo “Islas Malvinas” del Centro de Veteranos “Héroes de Malvinas” y la Subcomisión de “Hijos por Malvinas” de Florencio Varela y del museo “Malvinas Quilmes” del centro de veteranos de esa localidad, fue clave en este análisis, ya que su trabajo con archivos y objetos vinculados al conflicto nos permitió reflexionar sobre el valor de estos materiales en la construcción de la memoria social. Pudimos ver de primera mano cómo la recopilación y trabajo con estos documentos no solo permiten mantener vivo el recuerdo de los hechos, sino que también funcionan como herramientas de reconocimiento y reparación para quienes han sido históricamente invisibilizados en los relatos oficiales como sucede con los veteranos.
Además, abordamos la importancia de la archivología como disciplina para garantizar el acceso a estos materiales y su correcta conservación. Nos preguntamos qué criterios se aplican para decidir qué se guarda y qué se deja fuera de los registros, y cómo esas decisiones impactan en la construcción de una memoria colectiva. También reflexionamos sobre los desafíos que enfrentan los archivos comunitarios y los espacios de memoria independientes, muchas veces sostenidos por el esfuerzo de familiares y militantes que buscan rescatar historias que el tiempo y la falta de políticas de resguardo amenazan con borrar.
En este proceso, comprendimos que la memoria no es estática ni uniforme, sino que está en constante construcción y disputa. Cada documento, cada testimonio, cada fotografía recuperada contribuye a una narración más completa y diversa de nuestra historia. La conservación de estos materiales no solo preserva el pasado, sino que también abre el debate sobre cómo queremos recordar, qué relatos merecen ser transmitidos y de qué manera podemos garantizar que estas historias no sean olvidadas por las futuras generaciones.
La memoria como un puente con la comunidad
Más allá del aprendizaje técnico, el curso nos dejó una reflexión clave: la historia no es solo algo del pasado, sino un puente que nos conecta con la sociedad y con nuestras memorias. Una vez elegida la temática de Malvinas, a través de la vinculación con los centros de veteranos de Quilmes y Florencio Varela, mediante entrevistas y el rescate de relatos increíbles, entendimos que la archivología también es una forma de dar voz a quienes muchas veces no la tienen. Este aspecto nos hizo valorar aún más la importancia de preservar testimonios y documentos, no solo desde lo personal, sino también desde lo colectivo. ¿Cuántas historias locales de los veteranos, sus familias y la comunidad barrial se pierden porque no fueron registradas a tiempo? ¿Cuántos archivos quedan olvidados en cajas hasta que alguien decide rescatarlos?
La experiencia fue muy enriquecedora y la recomendamos a quienes quieran aprender y comprender sobre el valor de nuestro legado y su preservación. No hace falta ser historiador, archivólogo o bibliotecario para aprovechar estos saberes. Es importante en todas las carreras y también para las asociaciones vecinales y civiles como son los centros de veteranos. Rescatar la memoria es también rescatar identidades. Y en un mundo donde todo parece efímero, saber preservar lo valioso es, sin duda, una enseñanza para atesorar.
Este curso es especialmente valioso para quienes estudiamos en la Universidad, sin importar la disciplina y/o profesión. Muchas veces, en el ámbito académico, nos enfocamos en teorías y conceptos sin prestar suficiente atención a la importancia de ese archivo y la memoria en la construcción del conocimiento. La archivología no solo trata de conservar documentos históricos, sino de entender cómo la información se gestiona, se transmite y se resignifica a lo largo del tiempo. Como estudiantes, comprender la importancia de los archivos puede abrir nuevas perspectivas de análisis y ofrecer herramientas concretas para futuras investigaciones.
Desde nuestra mirada y pensando cómo trasciende lo comunitario, la reflexión que nos produce a ambas es determinar la información, la documentación y los archivos que se transmitieron de generación en generación y se conservan: ¿cuáles son sus principios de procedencia?, ¿a quiénes pertenecen?, ¿se trata de archivos personales?, ¿pertenecen a los centros de veteranos?, ¿están incluidos en el archivo municipal o en el repositorio y biblioteca de la UNAJ? En el caso de nuestro trabajo, los museos de Florencio Varela y Quilmes tienen materiales que utilizan en las visitas pero muchas veces no están conservados ni catalogados, si bien el archivo municipal de Florencio Varela cuenta con algunos materiales y el RID de la UNAJ está digitalizando algunos archivos locales de Malvinas, resulta sumamente importante reconocer que aún queda mucho trabajo por hacer con nuestra comunidad. Desde nuestro lugar, a partir de los conocimientos que adquirimos, pudimos ofrecernos como ayudantes para que quienes integran los museos reciben herramientas para cuidar y preservar de una manera más óptima sus recursos. Por esto, nuestro trabajo práctico y la formación en el curso podrá ser un conocimiento no sólo para nosotras, sino también para los propios centros: sus archivos y memorias trascenderán en el tiempo porque el objetivo general fue analizar y comparar los métodos de archivo de memorias locales y la gestión documental en ambos lugares, con el fin de identificar similitudes, diferencias y buenas prácticas en la preservación de la memoria histórica.
Para finalizar queremos dar nuestro agradecimiento por la posibilidad de realizar este artículo en la Revista Territorio sobre las experiencias de ambas en el curso. De otro modo, no se conocerán.