skip to Main Content
Acercar A La Universidad A Lxs Jóvenes Y Adultxs

Por Anabella Capalbo – Cens 453, Comisiones especiales, Fines Unaj

Abstract: El artículo hace un poco de historia para entender cómo fue pensada la educación de jóvenes y adultos en nuestro país a lo largo de los años.  Focaliza también su experiencia como profesora en el Cens N 453 que tiene sede en UNAJ, comentando el sentido de pertenencia de lxs estudiantes con el espacio, aunque considera que es tarea docente el acercar toda la información disponible para incentivarlxs a seguir estudiando. 

En sus inicios, las primeras experiencias en educación de jóvenes y adultxs en nuestro país fueron concebidas como una homologación de contenidos y prácticas pedagógicas de la educación de niñxs en personas adultas.  

En los años ‘90, la ley federal de educación plantea la educación de jóvenes y adultxs como compensatoria de quienes en su momento no pudieron finalizar o iniciar sus estudios secundarios. Esta idea está muy presente en el imaginario social cuando se habla de la educación de adultos como la “deuda pendiente” de personas que, siendo adolescentes, no pudieron realizarla

Desde hace algunos años esta visión fue modificada para poder referirnos a la Educación Permanente de Jóvenes y adultos (EPJA) desde una perspectiva de derechos:  el derecho a la educación de toda la población, sin importar la edad que tengan, tomando en cuenta las características y particularidades de cada nivel y modalidad.

La EPJA es definida en la ley nacional de educación, ley 26.206, como la modalidad educativa destinada a garantizar la alfabetización y el cumplimiento de la obligatoriedad escolar prevista (…) a quienes no la hayan completado en la edad establecida reglamentariamente y brindar posibilidades de educación a lo largo de toda la vida”. Asimismo, está enmarcada en la modalidad de educación permanente, nutrida de los aportes del pensamiento pedagógico latinoamericano como la educación popular (EPJA. Resolución CFE 118/10); y situada en la experiencia, partiendo de la base de la justicia curricular (un proyecto educativo contra hegemónico para organizar el conocimiento de forma diferente).

Así y todo, todavía es difícil conectar la idea de la terminalidad del secundario en adultxs y la continuidad en estudios superiores. De hecho, en los objetivos de la EPJA, establecidos en el artículo 48 de la ley nacional de educación, no se contempla la continuidad de los estudios hacia otros niveles, como si se plantea en los objetivos de la educación del nivel medio. 

Esta visión limita demasiado el potencial y las posibilidades de quienes transitan este nivel educativo; y quienes trabajamos en las aulas de EPJA sabemos que esto es una realidad… muchxs estudiantes se presentan con la frase “a ver si llego/ a ver si puedo” refiriéndose a las posibilidades de obtener el título secundario. Esto sumado a que socialmente, se marcan los tiempos de lo que es correcto hacer a cierta edad y lo que no; y se “penaliza” a quienes lo hacen de manera diferente. 

La propuesta de este escrito es presentar experiencias concretas de vinculación entre el nivel medio y superior desarrolladas en las aulas del Cens 453, comisiones especiales Unaj, entre los años 2019 y 2023, en lo que se podría llamar acercar la universidad a lxs jóvenes y adultxs, desde lo discursivo y lo físico.

Parto de la base de considerar, como mencioné anteriormente, que los imaginarios y las presiones sociales de lo que se debe y no se debe hacer generan trabas y prejuicios en la EPJA. La gran mayoría de nuestrxs estudiantes no ven la universidad como una posibilidad, los estudios superiores aparecen como algo lejano, y hay pocos dispositivos pensados institucionalmente para generar el vínculo entre educación superior y educación media de adultos. Sin ir más lejos, no solemos ver en las ferias universitarias propaganda destinada a jóvenes y adultxs: las imágenes generalmente representan adolescentes recorriendo e ingresando en las aulas. 

Las comisiones especiales del Cens 453, (Fines Unaj) cuentan con una gran ventaja; funcionan en la sede central de la Universidad Nacional Arturo Jauretche. Entonces lxs estudiantes ya tienen una pertenencia con el espacio físico: conocen el espacio de la universidad, saben dónde está el buffet, la fotocopiadora, las aulas, por lo que, en primera instancia el acercamiento físico entre estudiantes y universidad estaría dado. Sin embargo, el funcionar dentro de la universidad por sí solo no es suficiente. 

Una actividad que contribuye a acercar la universidad al nivel de EPJA, y que puede ser realizada desde el primer hasta el tercer año, es algo tan sencillo como dar el espacio a la pregunta: ¿qué les gustaría seguir estudiando cuando terminen el secundario? Y dar ese espacio acerca la posibilidad: comienzan a surgir ideas, dudas, preguntas y repreguntas.

Dedicar aunque sea 15 minutos por clase a estas conversaciones, especialmente en los 3eros años, genera la idea de que es posible para ellxs la continuidad de sus estudios. Este acercamiento desde el discurso contribuye a conocer las opciones: universidades, institutos de formación docente, institutos de formación técnica; a indagar en sus propios intereses y acercar la propuesta de áreas de interés, la posibilidad de carreras con salida laboral rápida, carreras cortas o que no sean tradicionales. 

En esta dinámica es importante poder retomar la conversación en cada encuentro, como una suerte de tutoría, llevando información de las universidades, institutos y carreras, fechas de inscripción, metodologías de ingreso, estrategias de acompañamiento. De estas conversaciones podemos observar que la mayoría de lxs estudiantes no tiene conocimiento de las distintas casas de estudios de la zona, de la oferta académica que éstas ofrecen, de la existencia de estrategias de acompañamiento al ingreso ni de que la mayoría de lxs ingresantes en la Unaj son personas mayores de 25 años. El saber estos datos lleva a evaluar la posibilidad de continuar con sus estudios, las diversas opciones que existen en los territorios y, sobre todo, a desarmar la idea de “ya soy muy grande para seguir estudiando”.

Otra experiencia que generó resultados muy positivos fue la de compartir con lxs estudiantes las jornadas “Unaj a puertas abiertas”, porque demostró que genera una aproximación a la universidad desde otro lugar: perfilándose como futuros estudiantes universitarios. Además, lxs estudiantes que han participado y compartido una charla o un taller en las jornadas se mostraron muy interesadas y sorprendidxs, porque lograron desarmar otra idea muy instalada: “lxs profes de la universidad como personas lejanas e inaccesibles”. Conocer a las personas que dan clases en la universidad, en el marco de actividades destinadas a futurxs estudiantes universitarios, ayudó a desmitificar ese imaginario y a desmontar el miedo que generaba el encuentro con un docente universitario. Muchxs estudiantes que participaron en estas experiencias, continuaron con sus estudios en la universidad, en isfd, o en isfdyt.

Algunas reflexiones finales que surgen de estas experiencias es la importancia de acercar la universidad a lxs estudiantes: Que conozcan el espacio, universitario en este caso, que lo recorran, y posteriormente que se lo apropien es parte del proceso de articulación entre niveles, así como reforzar los dispositivos institucionales que contemplen, no solo a lxs estudiantes secundarios, sino también a quienes transitan la EPJA. Pero considero que el primer paso fundamental para lograr una articulación y acompañamiento posterior es solo plantear la posibilidad de que jóvenes y adultxs pueden estudiar, que es su derecho y que es independiente de la edad que tengan.

Back To Top